Decir Cajón del Maipo en los años noventa era sinónimo de paseos con familiares o amigos a un lugar para acampar, para refrescarse, para compartir y de un sitio del que se guardan los más lindos recuerdos.
En aquellos años no era como hace un tiempo antes de la pandemia, cuando la gente echaba algunas cosas al auto y se iba directo a uno de los hermosos lugares de la comuna de San José de Maipo.
¿Cómo era en los años 90?
Generalmente nos organizábamos con un grupo de amigos de un día para otro. Nos poníamos de acuerdo en lo que debíamos llevar. Entre algunas cosas estaba las mudas de ropa, saco de dormir o brazadas adaptadas, carpa en algunos casos, comida y bebestibles.
Al otro día bien temprano siempre había uno que despertaba mucho antes que el resto, que pasaba a buscar a todos y de hecho era quien se había comprometido den mayor medida con el paseo.
Casi siempre salía un problema a última hora o que alguien se le había olvidado algo de las cosas, por lo que debía volver a casa mientras lo otros esperábamos de manera impaciente.
Casi nunca pagábamos todo el pasaje por lo que le pedíamos al chofer que nos llevara por unas monedas y en más de una ocasión el bus venia repleto de gente que arrancaba de Santiago hacia el Cajón del Maipo.

En los noventa “El Manzano” era el balneario popular de la gente de La Florida, Puente Alto y otras comunas de la Región Metropolitana, era una especie de Cartagena, pero de la capital.




En el caso de quienes buscábamos acampar nos íbamos al sector de “El Toyo”, en los tiempos que no cobraban por usar ese lugar.




Recuerdo que pasábamos más en el agua, solo salíamos un rato para comer algo y al llegar la noche a la luz de las estrellas nos poníamos a contar historias de terror.
Lo que menos esperábamos era el momento de volver a nuestros hogares porque significaba que nuestra aventura de verano había llegado a su fin
¿Y tú fuiste al Cajón del Maipo?